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NECOCHEA
A orillas del océano Atlántico, en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, la ciudad de Necochea conforma una propuesta repleta de matices. Arenas, sol y mar se conjugan con el verde boscoso y las agitadas aguas del río Quequén Salado para el solaz del turista. El clima de Necochea es templado húmedo. Durante el verano las temperaturas oscilan entre los 14 y los 33ºC . La textura del suelo varía entre franca arenosa y arcillosa. Si bien el relieve es llano, a lo largo de la costa marítima se extiende una ancha franja medanosa ideal para realizar travesías en vehículos 4x4. Su principal atractivo es la playa. Costa Bonita, Bahía de los Vientos, Las Grutas, Playas de Quequén, Playas del Centro, el faro Quequén y los interesantes restos fósiles de Punta Caballido se encuentran entre los sitios más recomendados. Otro punto importante es el puerto de Necochea, donde se desarrolla una intensa actividad comercial. El Parque Miguel Lillo posee frondosas y exóticas arboledas ideales para realizar observación de flora y fauna, senderismo o cicloturismo. Cuenta con un anfiteatro al aire libre, una plaza y dos museos. En Necochea se pueden practicar deportes náuticos como windsurf, surf, jet ski, vela, buceo, remo o natación, como así también visitar los museos Histórico Regional y Bromatológico Dr. Squadrone. Por las noches, el azar se da cita en el Complejo Turístico Casino, que cuenta con salas de juego de extraordinaria capacidad. Necochea, toda una ciudad inmersa en la naturaleza.
Historia
Su nombre recuerda al general Macis Necochea, héroe de la Independencia. En el año 1669 el Virrey Don Juan José de Vertiz ordenó la formación de una tropa de 60 carretas con un millar de hombres para llegar a las entonces llamadas salinas grandes, en procura de sal, un producto escaso y caro, que era indispensable para la alimentación. Con posterioridad, durante el año 1748 el Jesuita José Cardiel incursionó por esta zona, llegando a la desembocadura del río Quequén Grande, efectuó los primeros trabajos de cartografía y aportó datos sumamente precisos sobre la región. En aquellos tiempos, los precarios fortines con ranchos de paja y murallas de madera eran el único apoyo para los habitantes ante las eventuales pasadas de los malones indígenas. Recién después del año 1820 se comenzó a poblar el sudeste de Buenos Aires. Por entonces, ya había algunas grandes estancias, y con el comienzo de la organización nacional en1852, llegó la creación de varios partidos, siendo Necochea uno de ellos, en el año 1865.
Pero la simple demarcación geográfica era sólo el comienzo y tal vez así lo entendieron los indígenas, quienes al mando de los caciques Namuncurá y Catriel atacaron con los más grandes malones que se habían producido hasta entonces, causando estragos en las incipientes poblaciones.
Pero la simple demarcación geográfica era sólo el comienzo y tal vez así lo entendieron los indígenas, quienes al mando de los caciques Namuncurá y Catriel atacaron con los más grandes malones que se habían producido hasta entonces, causando estragos en las incipientes poblaciones.
Durante la década de 1870 se hallaba afincado en "Cristiano Muerto" el comandante Don Ángel Ignacio Murga, un valiente que constituía una de la avanzadas de la civilización y que insistentemente reclama en 1871 la necesidad de fundar un pueblo que permitiera nuclear familias casi junto al paso del indio. fue el naufragio del velero "El Filántropo" ocurrido en las inmediaciones del "Médano Blanco", el suceso que sirvió para reunir a un grupo de pobladores de la zona e insistir en la necesidad de contar con una "cabeza" de Partido.
En 1877 se insiste nuevamente en la solicitud luego de soportar numerosos malones en la región. En está oportunidad se confió al vecino Sr. Ángel Ignacio Murga la tarea de entrevistar a funcionarios, obteniéndose el interés de los doctores Dardo Rocha y Aristóbulo Del Valle. Es así que el 17 de octubre de 1877 se votó en la Cámara de Diputados bonaerense la ley 1131 mediante la cual se disponía la adquisición por compra, permuta o expropiación, de cuatro leguas cuadradas pertenecientes a don Eustaquio Díaz Vélez en sus campos de la ribera del Río Quequén Grande por el lado este y en las del mar por el lado sur destinadas a la creación solicitada. Tras arduas luchas de los pobladores, por decreto el 8 de junio de 1881, el Poder Ejecutivo provincial encomendó al Agrimensor José María Muñiz la tarea del trazado de la planta urbana y sus aledaños. El miércoles 12 de octubre de 1881, se procedió a izar la bandera nacional, utilizando para ello el palo mayor del velero "El Filántropo" el que fue ubicado en el Centro de la Plaza del pueblo, por Benedicto Calcagno, ayudante del agrimensor Muñiz. Se organizó una fiesta popular y se redactó el acta de fundación.